Queremos transición energética, pero subestimamos los recursos que la hacen posible
El mundo se encuentra en una carrera por alcanzar un futuro más limpio y sostenible, y Colombia no es ajena a esta meta. Sin embargo, en el discurso global sobre transición energética, hay un vacío que no podemos ignorar: los minerales.
Queremos energías renovables, vehículos eléctricos y redes inteligentes, pero pocas veces nos detenemos a pensar en lo que hace posible todo eso. El cobre para transmitir energía, el níquel para baterías más duraderas, o el oro y platino para garantizar la conductividad, son solo algunos ejemplos. Sin minería, las tecnologías que nos ayudan a avanzar hacia un futuro más verde simplemente no podrían existir.

Colombia, como país rico en recursos minerales, se encuentra en una posición estratégica para contribuir a este cambio global. No solo posee los minerales clave que se requieren para la transición energética, sino que el sector está apostando por una minería más responsable, alineada con los estándares internacionales y que coexiste con la sostenibilidad. Según el Banco Mundial, Colombia tiene grandes reservas de minerales como carbón, níquel, oro y cobre, lo que ubica al país como un actor relevante en el suministro de recursos para la transición global hacia una energía más limpia.
Hoy, muchas empresas mineras en Colombia están trabajando para compensar ecosistemas, proteger fuentes hídricas y, además, están involucradas en proyectos de energías renovables, como parques solares. Estas acciones muestran que es posible extraer los minerales necesarios para la transición energética con menores emisiones y riesgos.
El mundo necesita nuestros minerales, y nosotros, como nación, podemos suministrarlos de manera ética y sostenible, porque el futuro será más limpio y más justo, solo si entendemos que los minerales son el cimiento de ese cambio.
Este es un momento clave en el panorama geopolítico. ¿Vamos a dejar pasar esta oportunidad?