El oro toma fuerza en la economía global
¿Está Colombia preparada para aprovechar esta oportunidad?
El oro sigue consolidándose como un activo de creciente relevancia en la economía global, alcanzando en los últimos días máximos históricos en su valor, impulsado por la inflación, las fluctuaciones en las tasas de interés y la incertidumbre geopolítica. En un escenario donde los mercados enfrentan desafíos constantes ¿Vemos realmente su papel como recurso estratégico para nuestro país?
La tendencia al alza del oro ha reflejado nuevamente su importancia no solo como materia prima esencial, sino como un pilar clave en la estabilidad financiera en la actualidad. Su demanda ha aumentado significativamente, con países como China, Turquía, Brasil, Perú y Chile reforzando sus reservas, mientras que otros, como Costa Rica, han venido trabajando fuertemente en la regulación y formalización de su producción.
Además, la creciente acumulación de oro por parte de los bancos centrales ha alcanzado cifras sin precedentes, con 1.044 toneladas adquiridas en 2024 se han triplicado en cuatro años las compras frente a periodos anteriores. Esta tendencia refuerza su papel como un resguardo para la estabilidad económica ante entornos volátiles.
¿Y qué papel juega Colombia?
Colombia tiene el potencial de ser un proveedor clave en el mercado global del oro, pero enfrenta desafíos que ponen en riesgo su competitividad. A pesar de contar con una riqueza geológica significativa, la producción formal se ve afectada por la incertidumbre regulatoria, la falta de seguridad jurídica y el avance de la extracción ilícita, que no solo impacta el medio ambiente, sino que también financia economías criminales.
Mientras otros países avanzan con políticas claras para fortalecer su producción y asegurar su acceso a este recurso estratégico, en Colombia el debate sigue abierto. En 2023, la producción de oro alcanzó 72 toneladas, generando $570 mil millones en regalías, sin embargo, a pesar de los máximos históricos en sus precios, en 2024 esta producción decreció en un 3 % evidenciando la necesidad de medidas para garantizar una minería bien hecha, sostenible y competitiva que permita aprovechar esta realidad global.
El mundo sigue demandando oro y Colombia tiene los recursos para responder a esa necesidad de manera sostenible y competitiva. Lograrlo requiere decisiones firmes, seguridad jurídica y un entorno favorable para la inversión y la minería bien hecha.