El proyecto San Ramón generará cerca de 770 empleos en todas las fases del ciclo minero
En lo que será el primer proyecto moderno y tecnificado de extracción de oro en Colombia, ubicado en el municipio antioqueño de Santa Rosa de Osos, la minera canadiense Red Eagle Mining hace un conjunto de planes y esfuerzos por llevar los impactos sociales y ambientales al mínimo, en una explotación que tendrá una vida de al menos diez años.
Aunque parezca fantasía, Rafael Silva, el gerente para Colombia de la empresa minera, explica que el plan es que cuando se culmine la explotación de la mina o proyecto San Ramón, para lo cual ya se cuenta con la licencia ambiental, esta sea cerrada y el espacio donde estuvo se devolverá lo más parecido posible al que se encontró antes de hacer la primera perforación.
La historia de este proyecto comienza con la llegada de la empresa en 2010 a Colombia en la búsqueda de posibles espacios para extraer oro. En sus investigaciones se acercan a Santa Rosa de Osos, población que curiosamente mientras es fundada en el siglo XVII casi simultáneamente tuvo un título minero de explotación en su zona.
De allí en adelante, aunque el municipio tiene también vocación ganadera, lechera y agrícola, se sacó oro por mucho tiempo de manera artesanal. Es así como en sus exploraciones el equipo de la canadiense encontró más de un kilómetro de túneles en los que apenas cabe una persona y más de 45 baticiones, o grandes espacios del suelo destruidos a punta de chorros de agua, donde mineros ya con la tierra desprendida, la filtraban con cedazos para sacar oro. Estas baticiones son fáciles de identificar porque en los espacios donde debería haber vegetación se encuentra algo más parecido al suelo lunar.
En la licencia ambiental que da el Estado colombiano para la explotación se toman también en cuenta los impactos sociales, que en el caso de la minería pueden ser dramáticos dado que esta actividad tiende a funcionar en su momento de auge como un gran imán de oportunidades y prosperidad, que luego cae abruptamente cuando finaliza la explotación dejando a los grupos humanos peor que como estaban antes de llegar la extracción.
Tomando en cuenta este plan y basándose en normativas internacionales de buenas prácticas, Thyana Alvarez Claro, directora de responsabilidad social de la minera, explica que desde que la empresa decidió llevar adelante la explotación minera, esto es, después que el trabajo exploratorio dio frutos positivos, ella y su equipo se pusieron en contacto con la comunidad para mediante cabildos abiertos y otras dinámicas, informar a los santarrosanos del plan que tenían para abrir una mina en la localidad.
“Respeto, transparencia, consulta y participación” son los valores sobre los cuales se ha llevado adelante la gestión social, puntualiza Álvarez Claro. Esto se traduce en 87 reuniones, visitas y talleres con toda la comunidad y actores sociales con el fin de informar e intercambiar percepciones en torno al Proyecto San Ramón.
Recuerda que al principio hubo numerosa oposición a la mina, pero hoy no es así y sólo un grupo de jóvenes se mantiene en contra. Sin embargo, sostiene que hay comunicación con los contradictores en un clima de respeto mutuo.
Entre las labores que ha llevado adelante la empresa, sin todavía haber comenzado a extraer el primer gramo de oro, están el mejoramiento y adecuación de 18 kilómetros de vialidad, así como el apoyo a la cultura, recreación y deporte. Eso sí, asegura Álvarez Claro, “siempre de la mano de la Alcaldía y la comunidad”.
Serán los responsables de dotar con 1.500 uniformes a todos los equipos deportivos del municipio. Ya desde hace tres años apoyan las celebraciones navideñas, beneficiando a 1.200 niños. Recientemente, en alianza con la Universidad Católica del Norte y la Secretaría de Educación municipal, 197 campesinos fueron certificados en informática básica, y próximamente van a financiar la red de internet para las veredas.
Entre los programas claves que manejan están: oportunidad de empleo y desarrollo social; educación, capacitación y desarrollo de habilidades; apoyo a actividades económicas alternas a la minería y apoyo a programas de impulso al desarrollo local.
En este valle se intervendrán quince hectáreas para desarrollar una explotación minera por diez años.
Impacto ambiental
En uno de los cabildos abiertos que se llevó adelante con la comunidad se les dio a conocer que el proyecto de explotación minera contemplaba una mixtura entre mina a cielo abierto y subterránea, a lo que los santarrosanos se opusieron: querían que sólo fuera subterránea. Esto obligó a que la Red Eagle llamara a otra empresa de proyectos y planteara una nueva propuesta, que aunque más costosa respetaba lo solicitado por la comunidad.
De esta forma lo que se llama la huella de la mina, que en un principio iba a ser de 30 hectáreas va a pasar a tener quince hectáreas. Pero esta no será la única medida que tomará la Red Eagle Mining para hacer la explotación con el menor impacto posible. También se tienen planificados todos los pasos a tomar con la flora y fauna que será afectada cuando se abra el espacio donde funcionarán las áreas de procesamiento del mineral para quitarle sus impurezas.
Un equipo multidisciplinario ya ha identificado la flora del lugar, y aquellas especies vegetales protegidas o con veda como el roble, el helecho sarro y otras serán rescatadas y resembradas en otro espacio, explica el ingeniero ambiental Raúl Mejía. Si hubiese que talarlas, deben compensarse en una relación diez a uno, es decir, por cada planta talada se sembrarían diez.
En el caso de las especies nativas, o no vedadas, de las cuales se han identificado 3.188 plantas, deben ser resembradas en otro lugar en una relación de tres por cada talada. Es el mismo caso de la fauna. Primero se procederá al ahuyentamiento de los animales que pasarían a espacios cercanos con un ecosistema similar. Aquellos que no se vayan serán capturados y llevados hasta los espacios de la fundación Guanaca, que en el mismo municipio tiene un santuario para vida silvestre.
Como explicó al principio el ingeniero Silva, desde que se concibe la mina ya se tiene previsto cómo se va a hacer para cerrarla. Es por ello que a medida que se vayan dejando de explotar los túneles del subsuelo, los mismos se irán rellenando con parte del material que se sacó en un principio y del cual se extrajo el oro. Por último, se reforestará y rellenará todo el espacio donde estuvieron las áreas operacionales afuera del túnel y se resembrará con especies del lugar, tratando de devolver a la naturaleza el espacio lo más parecido a lo que fue antes de la explotación.
San Ramón en cifras
Como mínimo el 30% de la mano de obra calificada, y el 100% de la no calificada tienen que contratarse en la zona de influencia, así como la totalidad de la contratación de obras y servicios.
La veta de oro a explotar mide 1,8 kilometros de largo. Tiene una profundidad de más de 400 metros y un grosor de 30 metros.
La explotación está calculada a diez años. Sin embargo, la concesión es a 30 años, con la posibilidad de una prórroga de 20.
La concesión tiene 500 hectáreas, de las cuáles se emplearán sólo quince, y esto representa 0,006% del territorio del municipio de Santa Rosa de Osos.
Es un proyecto de 500.000 onzas de reservas probadas, que generará 120 empleos directos en fase de construcción y montaje, y 150 empleos directos y al menos 500 indirectos cuando entre en la fase de operación.
La inversión social de la empresa en el municipio ha sido más de $1.000 millones a lo largo de cuatro años mientras que la inversión antes de empezar la construcción de la mina asciende a US$35 millones, y a US$80 millones puede llegar la etapa de financiación y montaje.
Cronología del proceso
Después de que la empresa canadiense negocia el título minero en Santa Rosa de Osos a mediados de 2010, no será hasta agosto del año siguiente cuando inicie las perforaciones exploratorias, que a manera de agujeros de diez centímetros de diámetro en el área a explorar y que totalizaron 45 kms. de perforación, le permitieron saber que estaban sobre una veta de oro explotable.
En septiembre de 2012 subcontratan a la Universidad de Antioquia y a la Universidad Católica del Norte para hacer la investigación de Línea de Base Ambiental y en enero de 2013, esas mismas instituciones y la consultora Tetra Tech preparan el estudio de impacto ambiental que debe ser presentado ante el Ejecutivo departamental para que este decida si están planificados todos los cuidados ambientales suficientes, y así dar permiso a que se haga la explotación.
El 9 de marzo reciben la aprobación de la licencia ambiental, y actualmente se encuentran en la fase de financiación y montaje. Tienen previsto empezar a extraer oro a finales de 2016.
Fuente y foto: http://www.elmundo.com/portal/noticias/economia/impactos_socioambientale…