Blog ACM: El peor momento de la competitividad fiscal del país
Por: Sebastián Martínez – Director Económico ACM
Tax Foundation publicó el índice de competitividad fiscal para 2023, en el que mide la competitividad y neutralidad de los impuestos para las distintas jurisdicciones de la OCDE para los impuestos corporativos, personales, de consumo, a la propiedad y el tratamiento de las ganancias obtenidas del exterior.
No es de sorprender que Colombia aparezca en el último lugar del ranking en impuestos corporativos, 38 / 38. Y es que a las altas tasas de impuesto sobre la renta se suman las distorsiones propias del sistema fiscal que hacen del país un lugar poco atractivo para invertir teniendo en cuenta que el retorno de las inversiones en otras jurisdicciones es mayor que en Colombia.
En palabras del informe, “Colombia tiene el sistema tributario menos competitivo de la OCDE. Tiene un impuesto a la riqueza neta, un impuesto a las transacciones financieras y la tasa impositiva sobre la renta corporativa más alta del 35 por ciento. El IVA de Colombia cubre menos de 40 por ciento del consumo final, lo que revela deficiencias tanto en materia de políticas como de aplicación”
Ahora, si al informe que realiza tax foundation – que analiza de manera general el sistema tributario nacional – se le incluye el impacto sectorial de la imposibilidad de deducir las regalías y la sobretasa al carbón la situación en muchos casos pasa de muy poco competitiva a confiscatoria.
Bien lo establece el contexto del informe: “La estructura del código tributario de un país es un factor determinante de su desempeño económico” y además nos recuerda que “En el mundo globalizado de hoy, el capital es altamente móvil. Las empresas pueden optar por invertir en cualquier número de países del mundo para encontrar la tasa de rendimiento más alta”
Para un país que tiene las tasas más altas de impuesto sobre la renta, impuestos que reducen competitividad en las operaciones como el gravamen a las transacciones financieras o el impuesto a los explosivos, incluir en su ordenamiento fiscal reformas regresivas como la no deducibilidad de las regalías – en muchos casos el principal costo de las operaciones – incluye un riesgo adicional a la operación minera (el riesgo en el retorno del capital) que eleva la incertidumbre de inversión en el país para la minería.
Más inversiones significan mayor empleo, encadenamientos y en general un nivel de desarrollo superior para las regiones. Difícil atraer inversiones cuando el retorno del capital no supera lo que paga un banco por un CDT.
Y si el sistema tributario es tan poco competitivo, ¿Por qué entonces alcanzamos récord en inversiones mineras durante 2023?
No son mayores inversiones de capital lo que reflejan las cifras de inversión extranjera, es el mayor pago de impuestos consecuencia de un año excepcionalmente bueno para la minería – 2022 – y consecuentemente para el país. Un recaudo que supera 3 veces el promedio de los aportes históricos del sector y que se aporta en gran medida al año siguiente de su realización, 2023. La relación espuria de una gran inversión en minería en el año en que peor competitividad fiscal presenta solo se explica por la condición excepcional de precios internacionales – por cuenta de la conflictividad geopolítica – pero que conforme se normaliza la situación los precios caen, como ya lo estamos viendo, y el futuro del sector se pone en riesgo.
Consulte el informe de Tax Foundation, aquí
Consulte el webinar con la presentación de los resultados para Colombia, aquí.