La pequeña minería puede ser rentable para el país
La organización Pact fomenta el desarrollo de la minería artesanal y de pequeña escala alrededor del mundo. El vicepresidente de mercados sostenibles de Pact, Roger – Mark De Souza compartió esta experiencia en el reciente Congreso Nacional de Minería, como antesala de la creación de la Cámara de Pequeña Minería de ACM.
De Souza conversó en exclusiva con ACM acerca de las lecciones que ha recogido Pact a raíz de su interacción con organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala, que hoy trabajan de manera sostenible, comercializan en los mercados más importantes y han encontrado en la minería una fuente de sustento para las comunidades.
El experto señaló que la primera lección es que se deben garantizar oportunidades concretas de formalización: “Cuando se oye a los gobiernos hablar de formalización no están pensando en la minería artesanal y de pequeña escala. Es necesario entender qué significa esta minería y qué barreras le impiden entrar en el mercado. La formalización es fundamental, ayudará a derribar esas barreras y les permitirá a las comunidades operar y vivir sus vidas”.
En segundo lugar, es vital organizar a los mineros y centrarse en la cadena de suministro. “Hemos llevado a cabo procesos de formalización en los que los mineros participan activamente y se asocian. Este es un principio organizativo fundamental que funciona y permite a los mineros trabajar directamente con los propietarios, con el gobierno y con diferentes actores y partes interesadas de la cadena de valor”.
En tercer lugar, es necesario pensar en cómo abordar las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza que afectan tanto a las comunidades como a las operaciones mineras. “Las empresas deben tener una licencia social para operar y comprometerse con las comunidades. Esto ayuda a los gobiernos en el bienestar general y en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
El experto explicó que la minería artesanal y de pequeña escala beneficia a las personas que trabajan en ella, que sobre todo pertenecen a grupos vulnerables, incluidas mujeres. “En mis conversaciones con las comunidades en Colombia he visto cómo la minería artesanal y de pequeña escala es importante, ya que de ella dependen su subsistencia y bienestar. Se debe prestar atención a cómo se organizan y llevan sus preocupaciones a las empresas mineras”.
En Colombia, las comunidades mineras colectivas se están movilizando y comprenden que trabajando juntas pueden negociar mejor sus posiciones con el gobierno, formalizarse y decir: “conocemos a nuestras comunidades, somos poderosas, tenemos información”. “Esto es realmente transformador no sólo en términos de los medios de subsistencia, sino de las oportunidades de desarrollo”.
De Souza enfatizó en que este tema implica una gran oportunidad para abordar problemáticas sociales como el trabajo infantil, la esclavitud moderna y las violaciones a los derechos humanos. “Con las comunidades se puede abordar analizando sus posibilidades de un medio de vida sostenible y duradero y garantizar que los niños accedan a educación. A largo plazo, se produce un cambio en su mentalidad respecto al trabajo infantil y se volverán creativos a la hora de encontrar nuevas oportunidades y soluciones de subsistencia”.
Retos de la minería artesanal y de pequeña escala
Según el experto, un reto importante es la informalidad, que muy a menudo se asocia con ilegalidad. “Existe la percepción de que todos los mineros artesanales y a pequeña escala son ilegales porque no están registrados, pero existen barreras estructurales y políticas para su registro. Así que un reto importante es entender que la informalidad no es ilegalidad y hay que diferenciarlas”.
Y otro reto es que las comunidades no siempre tienen el conocimiento técnico necesario: tener en mente la seguridad o realizar la extracción de oro o petróleo sin utilizar mercurio. “Hay que comprender técnicamente el suministro de equipos y hacerlo con enfoque de suministro de la cadena de valor. Así se crea un mensaje de apoyo a los mineros a nivel comunitario. Ese es un gran obstáculo”.
La solución a este desafío, según De Souza, es adoptar un enfoque que abarque toda la cadena de valor, lo cual significa que las comunidades, los mineros y el gobierno deben reunirse y pensar cómo trabajar juntos. “Es importante reconocer que la minería artesanal y a pequeña escala puede ser rentable para el sector minero y para las comunidades. Así que asegurarnos de que trabajamos con ellas y respetamos las normas de abastecimiento responsable, debida diligencia y trazabilidad permitirá que sus productos lleguen al mercado y mejoren sus vidas. También necesitamos beneficios para las empresas mineras”.