¿Qué es la transición energética?

Fecha 2 mayo, 2023

En palabras simples, la transición energética, de la que habla el planeta entero, consiste en cambiar paulatinamente los suministros de energía provenientes de los combustibles fósiles -como el gas, petróleo y carbón- por energías renovables, como el hidrógeno, la energía eólica, la solar y el biogás, entre otras fuentes, con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, por ende, el calentamiento global. 

Lo anterior, alineado con la meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a 2050 que se plantearon los países en la Cumbre para la Acción Climática de las Naciones Unidas. Esto está atado a un componente de innovación, que ha dado origen, por ejemplo, a la electromovilidad y a la autogeneración de energía para las actividades cotidianas. 

Además de inversión y tecnología para implementar con celeridad los proyectos, la transición requiere una voluntad de los gobiernos y las comunidades para su avance, pues, al menos en Colombia, la puesta en marcha de los proyectos de generación de estas nuevas energías involucra consulta previa como requisito para el licenciamiento ambiental. 

Otro reto para las energías renovables es la estabilidad, pues el viento y la energía solar siempre serán intermitentes, mientras que el desarrollo alrededor del carbón ha probado su capacidad de funcionar de forma continua. 

El papel del carbón 

Desde hace algunos años se confunde la descarbonización, que es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, con retirar definitivamente al carbón del panorama. Así, en los últimos años se ha venido haciendo un esfuerzo por cerrar plantas de carbón térmico en el mundo, pero sin avanzar lo suficiente en la implementación de los planes de energías renovables, que demandan tiempo e inversiones. 

En 2022 la Unión Europea debió regresar al carbón a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, puesto que el conflicto interrumpió el suministro del 40% del gas natural que llega al continente. 

Según la Asociación Mundial del Carbón -WCA-, el carbón es aún la fuente de electricidad más grande del mundo y seguirá contribuyendo con un 22 % en 2040. Esta cifra es aún mayor en los mercados emergentes: en el sudeste asiático, el carbón alimentará el 39 % de la electricidad en 2040.

Según la organización, como fuente de energía predominante, el carbón seguirá contribuyendo a lograr el objetivo de «energía para todos». “Al menos 1.700 millones de personas obtuvieron acceso a la electricidad por primera vez entre 1990 y 2010. De estos, alrededor del 93 % lo hizo a través del carbón”.

La WCA sostiene que la energía renovable variable no proporciona electricidad que pueda usarse bajo demanda, que es el pilar del crecimiento de las economías. “El carbón puede complementar las energías renovables y, a través del uso de tecnologías de carbón limpio, ser compatible con el medio ambiente”. 

Los minerales 

Los minerales son vitales para la transición energética. Las baterías para los vehículos eléctricos están hechas con litio, cobalto, níquel y carbono. Los paneles solares están hechos de elementos como el Cadmio, el Telurio, Molibdeno, Berlilio, Germanio, Galio, Indio, Plata y Silicio. Para las turbinas eólicas se utiliza el cobre. Lo importante de la participación de los minerales, es que se produzcan de manera sostenible, como ya pasa con los minerales colombianos. La industria ha hecho un gran esfuerzo para tener una hoja de ruta para el cambio climático y la sostenibilidad e implementar los nueve compromisos contemplados en la misma, así como entender y adoptar los estándares Towards Sustainable Mining -TSM- para operar de manera sostenible y alineada con la industria minera de talla mundial.