Blog ACM – Geopolítica y su impacto en las exportaciones mineras

Fecha 13 junio, 2022

Por: Sebastian Martínez – Director Económico ACM

Ya se cumplen más de 100 días desde que Rusia invadió a Ucrania revolucionando el comercio de los commodities, entre ellos de los commodities mineros, por cuenta de la participación mundial de Rusia en la producción de petróleo, gas, carbón, níquel y otros minerales esenciales para la vida cotidiana.

Los primeros efectos de la guerra – para la minería – fueron el incremento en los precios y la crisis en el abastecimiento por las sanciones aplicadas a Rusia. En Europa la inflación alcanzó máximos históricos por la presión en los precios de la energía que ya evidenciaba la vulnerabilidad en la dependencia a energías renovables – por la intermitencia de los ciclos de viento y sol – en la segunda mitad de 2021. La incertidumbre frente al abastecimiento de hidrocarburos rusos replanteó el concepto de seguridad energética en muchos países que vieron vulnerado el acceso a combustibles fósiles. Italia y otros países europeos aceleraron la construcción de nuevos puertos de gas licuado buscando estabilizar su mercado energético con distintas alternativas para la importación – alternativas de mediano plazo – mientras que el carbón recuperó parte del papel protagónico del desarrollo del siglo pasado en el viejo continente al tener que prender las plantas térmicas para estabilizar el fracturado sistema energético.

La autonomía en la generación de energía, bien sea por el autoabastecimiento de minerales para la generación – como es el caso de Estados Unidos – o por la diversificación de las fuentes de energía para la generación (Gas licuado, renovables, nuclear y, por supuesto, carbón) – como es el caso Europeo, han replanteado la discusión sobre los mecanismos para cumplir los compromisos de reducción de emisiones y el equilibrio necesario que se requiere de diferentes fuentes de energía con la implementación de tecnología e innovación necesaria que permita una matriz energética diversa y limpia – esto ya lo habíamos planteado en este blog previamente (ver: El papel del carbón en la realidad energética) –.

Así mismo, el regreso de la carrera armamentística, la nuclear, genera desconfianza en el futuro de las naciones e impulsa la demanda de oro como el principal refugio financiero en tiempos de crisis mientras que la oferta por minerales estratégicos para la generación con energías limpias se ve reducida por la importancia de Rusia en el abastecimiento mundial de cobre, níquel, zinc, plomo, hierro y paladio entre otros, lo que sostiene el precio de los distintos minerales por encima de su promedio histórico.

Para Colombia, esta situación ha redundado en un incremento de las exportaciones mineras en los primeros 4 meses del año, las cuales ya alcanzan el valor más alto de la historia para este periodo: USD 5.812 millones, lo que representa un incremento de 64% frente al año anterior y un 2% adicional respecto al 2012 (la cifra más alta hasta este año).

Como es de suponer, en este contexto, el carbón es quien jalona este incremento en las exportaciones mineras. En los primeros meses del año el país ha aumentado el valor de las ventas externas de carbón térmico en 174%, 255% las de metalúrgico y 91% las de coque. De igual forma en cantidad ha habido un incremento, aunque en menor proporción, de las ventas externas: térmico 9%, metalúrgico 49% y coque 24%. Solo a Europa, se ha incrementado en 16% las ventas de carbón frente al mismo periodo de 2021 y 40% frente a 2020 (en cantidades).

El ferroníquel también ha tenido un papel protagónico gracias no solo al incremento en los precios sino a la ampliación de los frentes de trabajo en las operaciones, lo que ha permitido aumentar en 83% la cantidad de sus ventas externas y en 136% su valor.

Cálculos de la Asociación estiman que por cuenta de la coyuntura actual el país podría duplicar el recaudo en renta, regalías y otros impuestos de la minería de 4 billones de pesos anuales – promedio histórico del aporte del sector – a más de 8 billones de pesos en 2022.

La coyuntura geopolítica nos demuestra el verdadero impacto de prescindir de la actividad minera: inflación y vulnerabilidad en la estabilidad energética son los primeros efectos para Europa del conflicto en Ucrania, en lo que a minería se refiere.

Para el país, el alza en los precios ha significado un incremento en las ventas externas que equilibran la balanza comercial y se espera igualmente un incremento en el aporte fiscal del sector que equilibre la brecha fiscal.