Las razones para impulsar la exploración minera en el país

Fecha 26 octubre, 2020

Una de las principales ventajas es el conocimiento exacto de los minerales que hay en el subsuelo.

Hay 554 licencias de exploración minera otorgadas en el país: 156 están en Antioquia; 90, en Chocó; 45, en Córdoba, y 41, en Bolívar.

Países como Canadá, Australia, Perú y Chile, referentes en la exploración minera a nivel global y regional, han concentrado su trabajado en el reconocimiento geológico a profundidad de un territorio, en proyectar desarrollos mineros a futuro y ver los impactos que estos posibles proyectos de minería podrían tener para una región en temas como lo social y ambiental.

De hecho, se ubican en los mejores puestos del ranking del Instituto Fraser entre los países más atractivos para la inversión minera y, además, concentran el 54 % de la inversión en exploración minera en el mundo. Colombia, en el año 2019, tuvo una participación del 1,3 % en el total de inversiones mundiales para exploración.

Pero ¿qué es la exploración minera y qué beneficios le trae al país? Lo primero que hay que aclarar es que exploración es muy diferente a explotación y que lo primero no necesariamente lleva a lo segundo.

Un proyecto minero pasa por tres etapas: la exploración, que puede durar entre 3 y 11 años; la construcción e instalación del montaje, que tarda entre 3 y 6 años, y finaliza con la explotación, que varía según la cantidad de material a extraer.

En este sentido, de las 114 millones de hectáreas que tiene el país, solo el 5 % están tituladas para actividades mineras. De este porcentaje, el 2,3 % está dedicado a la exploración minera, mientras que el restante se divide entre la construcción y montaje de proyectos (1,6 %), y la explotación como tal de minerales (1,1 %).

“En la exploración se desarrollan los trabajos, estudios y obras necesarios para establecer y determinar la existencia y ubicación de los minerales contratados. En esta etapa se establece la geometría del depósito, el volumen y la calidad de mineral económicamente explotable, la viabilidad técnica de extraerlos y si hubiese un impacto al medioambiente o al entorno social”, explican desde la Agencia Nacional de Minería (ANM).

Además, en esta fase lo que se busca es calcular técnicamente las reservas del mineral, la ubicación y características de los depósitos o yacimientos; y con estos datos se puede elaborar un plan minero.

En cuanto a la explotación, esta comprende como tal la producción del yacimiento mineral y, al finalizar, el cierre de los montajes y la infraestructura que se usaron.
Actualmente, en Colombia hay 554 licencias mineras para exploración. No obstante, esto no significa que a futuro vaya a haber 554 proyectos mineros explotando los recursos que están analizando.

“Puede que haya recursos minerales que están tan profundos o son tan complejos de extraer que no son económicamente rentables para nadie, pero esto es una conclusión a la que solo se puede llegar después de un estudio de exploración”, reflexionó Óscar Paredes Zapata, director general del Servicio Geológico Colombiano (SGC).

Adicional, durante la exploración de minerales, de acuerdo con expertos, los impactos en un territorio son leves: “La actividad exploratoria, en general, tiene muy poco o muy bajo impacto en el subsuelo, en el paisaje, en los ecosistemas, porque son actividades transitorias, es decir, no son permanentes”, comentó Nicolás López, country exploration manager de IAMGOLD Corporation de Colombia.

Precisamente, al tener un bajo impacto, la Ley 685 del 2001, que expidió el Código de Minas, eliminó la necesidad de obtener una licencia ambiental para realizar labores de exploración minera.

Más datos del subsuelo

Una de las principales ventajas que le deja la exploración minera a Colombia es el conocimiento exacto y detallado de los minerales que hay en el subsuelo.

“Cuando se hacen los estudios geológicos de exploración se tienen que determinar todas las características geológicas, como son los tipos de roca, estructuras, fallas, alteraciones, tipos de depósito, tipos de mineralización. Entonces, hay un crecimiento muy fuerte del conocimiento del territorio desde el punto de vista del subsuelo”, aseguró Nicolás López.

Otra ventaja es que la información de la exploración es compartida, a través de informes periódicos, por las empresas mineras al Estado, de tal forma que estos insumos detallados de la composición geológica del país le sean útiles para el desarrollo de actividades como la agricultura (ver recuadro del cacao) y para obras de infraestructura, entre otros.

Para Hamyr Eduardo González, presidente de la empresa Minera de Cobre de Colombia, además de que una exploración provee datos a profundidad sobre un territorio, “atrae el interés de empresas del orden nacional e internacional para invertir en nuestro país”.

Oportunidad de inversión

Si bien en los últimos ocho años en el país se han hecho inversiones por más de 1.600 millones de dólares para la exploración minera, estas han bajado 75 % en el mismo periodo de tiempo (ver gráfico). En este sentido, Colombia, cuyo potencial geológico es incalculable, podría potenciar oportunidades en cuanto a la exploración, y así atraer inversionistas, crear empleos en los territorios y ahondar en el conocimiento de recursos presentes en el subsuelo.

En el marco de este debate, el propio Ministerio de Minas plantea la importancia de formular políticas públicas: “Si queremos que nuestro país avance hacia la transformación energética, debemos explorar para aprovechar ese potencial geológico, mediante la formulación de políticas públicas de manera tal que sea posible gestionar y aprovechar de la mejor manera ese capital natural y transformarlo en inversión para las regiones, en aporte para sectores como educación, medioambiente, vías; es decir, en beneficio para el país”, precisaron en Minminas.

Por lo general, los proyectos de exploración desarrollados en el Colombia son en territorios alejados o con difícil acceso, en donde la presencia del Estado es escasa. Por eso, esta actividad se convierte en un importante generador de empleo.

De acuerdo con Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), “el debate sobre la industria minera en el país debe centrarse en cómo aprovechar a los inversionistas que pretenden, primero, explorar, conocer los territorios y su potencial. Esas indagaciones preliminares generan empleo, progreso en las comunidades y desembocan en una manera diferente pero asertiva de comprender la industria”.

Un primer paso para avanzar como sociedad en esta actividad es superar el desconocimiento. En gran parte porque esta desinformación ha llevado a la mala imagen del proceso minero tanto general como en su fase exploratoria.

“Esta visión ha bloqueado en años recientes la exploración minera, en el caso del cobre, privando a Colombia de desarrollar una industria con gran potencial; un elemento clave en el proceso de diversificación de la matriz energética que tanto busca el país. Estamos hablando de una industria que, en el mediano plazo, 5 a 8 años, podría ser la segunda fuente de ingresos para el país si se gestiona correctamente”, dijo Hamyr González, presidente de la empresa Minera de Cobre de Colombia.

Desafíos de la exploración

Además de la desinformación generalizada, hay que destacar que la exploración es una actividad de alto riesgo económicamente hablando y tiene dos fases.

La primera parte es cuando se suscribe un contrato de concesión, en el que el país recibe pagos anuales por parte de la empresa que realiza la exploración. Ya en su segunda fase se establece un presupuesto para llevar a cabo las actividades exploratorias necesarias, que se realizan cumpliendo estándares ambientales.

“Hay que tener presente que la actividad de exploración es de alta incertidumbre por la baja probabilidad de encontrar un proyecto económico, las altas inversiones y los tiempos del proceso en el país, que son más extensos comparativamente con otros países de la región”, comentó Hamyr González.

Entre las recomendaciones que hacen expertos del gremio están las de liberar áreas que permanecen vedadas para auscultarlas y organizar la primera subasta en esos territorios haciendo la consulta previa.

Además, es común que se evalúen técnicamente las fases iniciales y de bajo impacto (exploración temprana) como si fueran fases más avanzadas del proceso minero (construcción, explotación, producción). “Lo anterior lleva a percibir una falta de coordinación institucional entre las autoridades ambientales y mineras, y las políticas de desarrollo del Gobierno Nacional”, concluyó Hamyr.

El cultivo de cacao y su relación con la exploración minera

Se pensaría que no hay una relación entre la exploración minera y el cacao que se siembra en el país; sin embargo, el cadmio los une. El cadmio es un metal tóxico que se puede encontrar en la tierra, y que es absorbido por el cacao cuando es cultivado.

Gracias a las exploraciones, el Sistema Geológico Nacional (SGN) le entregó al Gobierno un mapa con los lugares donde hay concentración de cadmio y así ver en qué lugares no sembrar cacao. “Sin esta información, los productores no hubieran podido exportar su producto a la Unión Europea”, dijo el SGN.

Colombia tiene un potencial mineral enorme

Para Mark Moseley-Williams, ingeniero de minas egresado del Colorado School of Mines, con más de 25 años de experiencia, y director de Desarrollo de Negocios para Latinoamérica de Agnico Eagle Mines Ltd.,

“Colombia cuenta con una geología privilegiada y con un potencial mineral enorme. Por eso impulsar la exploración de una manera social y ambientalmente responsable generaría información valiosa sobre el suelo y el subsuelo y un mayor entendimiento acerca de la riqueza mineral del país. La exploración responsable es fundamental en el ciclo minero, ya que solo uno de cada 1.000 proyectos culminan con la identificación de un yacimiento económico que puede convertirse en una mina de escala industrial”.

Fuente: El Tiempo