Boletín económico minero
El 2019 ha sido para la minería un año en el que se ha recuperado la inversión extranjera y el PIB ha regresado a terreno positivo en contraste con las cifras de producción donde se ha visto un deterioro en la explotación del carbón y una recuperación en las cifras de oro que en el agregado han generado una caída en las ventas externas mineras. Se tiene grandes expectativas para el 2020 frente a la agilización de trámites mineros que permita incentivar las inversiones en exploración y el desarrollo de nuevos proyectos en el país.
Inversión minera
En 2019 el sector minero ha recuperado su senda inversionista donde se destaca la atracción de capital por la construcción y montaje de la que será una de las más grandes minas de oro en el país, el inicio de operaciones de otra mina de oro en Antioquia y la reposición de equipos que se había rezagado durante los años anteriores.
Todo esto ha permitido que en lo corrido de 2019 (hasta tercer trimestre) la inversión extranjera directa en minería haya aumentado 17% frente al año anterior, hasta USD 1.505 millones, cifra que ya supera la inversión anual de los últimos 4 años.
A nivel nacional la inversión extranjera directa ha presentado el mismo dinamismo que en minería presentando un crecimiento de 25% en lo corrido del año jalonado además por el sector petrolero, las manufacturas y la construcción.
Producción
Por su parte las cifras de producción han mostrado una menor dinámica frente a la inversión toda vez que algunas decisiones judiciales y la caída en los precios internacionales del carbón han reducido las metas previstas de producción del principal mineral que produce actualmente el país. Se espera que para el cierre del año la producción apenas alcance 80 M ton, la cifra más baja de esta década.
En cuanto al precio del carbón vale la pena recordar que en 2019 tocó uno de los niveles más bajos en 10 años y, contrario a lo sucedido en ocasiones anteriores, se ha mantenido en dichos niveles mínimos afectando las decisiones de inversión y producción de algunas compañías carboníferas del norte del país y afectando la competitividad de las empresas ubicadas en el centro del país.
Por su parte la producción de minerales metálicos ha tenido un comportamiento favorable durante el año, jalonado por la explotación de oro, donde se destaca la entrada en operación de un proyecto aurífero en Antioquia, así como la evidencia de un incremento en la producción artesanal o informal que incentivados por el incremento en el precio del mineral han recuperado participación en el mercado nacional frente a los años anteriores. En cuanto al níquel, la reducción natural de la productividad de la mina ha hecho que la producción caiga 12% durante en el año.
En cuanto a los minerales no metálicos se ha mostrado una recuperación en la dinámica del sector constructivo que ha permitido el incremento en la explotación de materiales para la construcción mientras que la explotación de esmeraldas ha tenido una reducción que responde a las condiciones geológicas del mineral.
En el agregado, la producción minera se ha recuperado resultado que se evidencia en el crecimiento del PIB minero que después de dos años en terreno negativo este año ha vuelto a crecer levemente a una cifra de 0,2% hasta el tercer trimestre del año.
De esta forma las exportaciones mineras en el agregado han tenido una caída en lo corrido del año (hasta septiembre) de 13% principalmente por la caída de 19% en las ventas externas de carbón consecuencia de una menor producción y la caída en los precios de venta.
Ahora, frente a lo que se espera para el próximo año la expectativa del sector minero es alta toda vez que la entrada en vigencia del catastro minero y la definición de algunos trámites ambientales y judiciales pueden impulsar la inversión en exploración minera en el país así como el desarrollo de nuevos proyectos que permitan movilizar más de 3 billones de dólares en inversión y la generación de 35.000 empleos.