Publireportaje revista Minergía: Ana Zamora
Ana Zamora: Vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Minería
Abogada, Becaria 2003 del NDI (National Democratic Institute) en el programa de fortalecimiento a la democracia.
Cuenta con una amplia experiencia en el Sector Público en especial en temas relacionados con regalías, desarrollo territorial y ambiental. Se ha desempeñado como Asesora del Ministerio de Ambiente; Vivienda y Desarrollo Territorial, del Viceministerio de Interior y miembro del proyecto estructurador del Sistema General de Regalías del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Su ejercicio profesional tiene énfasis en la construcción de políticas públicas, análisis y seguimiento legislativo y regulatorio, así como cabildeo y relaciones interinstitucionales, entre otros.
«Llegué a trabajar en la industria minera por mi experiencia en relacionamiento entre sector político y sector público, en un momento en que la minería se consideraba un sector tranquilo, lleno de expectativas y posibilidades, las cuales poco a poco se fueron diluyendo y dieron paso a un sin número de inconformidades y dificultades que terminaron convirtiéndonos en una especie de patito feo, incluso a los ojos del ejecutivo y el legislativo, situación para la que por supuesto no estábamos preparados; pero en la adversidad aparecen las oportunidades, así la industria minera formal, tuvo que enfrentar al nuevo entorno y empezar a considerar una nueva forma de comunicar y de relacionarse.
Y es ahí, donde la visión estratégica de los líderes de la minería permitió que, tarea de los equipos de comunicaciones y de las personas como yo, que nos dedicamos al relacionamiento, tomen relevancia. Pues vieron en el, un instrumento poderoso para acercar a las partes y emprender en el nuevo modelo. Pasar a los hechos no ha sido tan fácil, cambiar la cultura empresarial discreta y de bajo perfil, requiere no sólo de valoraciones corporativas al interior de cada empresa, sino también, de la alineación e incorporación de estrategias de comunicación empresarial, construidas sobre información técnica del sector, con los costos y riesgos que esto implica y en medio de un entorno hostil y lleno de incertidumbres no es fácil de concretar.
De ahí, derivaron para mí varios retos, adicionales al día a día de la industria en el aspecto regulatorio y legislativo (mi función inicial). El primero y más importante: generar confianza en torno a la labor de relacionamiento, pues las relaciones público – privadas, si bien son uno de los medios social y político a través de los que se concreta el derecho democrático a participar en diversos escenarios, con intención de incidir en asuntos públicos, no está exenta de prevención de lado y lado, máximo si lo promueve una mujer; segundo, construir confianza con los stakeholders y abrirnos a la posibilidad de ser fuente de información, tercero: estudiar, entender y aprender del entorno técnico y regulatorio de la minería, que tiene complejidades infinitas que se evidencian muy lejos de nuestros escritorios en Bogotá, finalmente, no perder de foco la importancia de las consideraciones ambientales, pese a que muchas veces son mal utilizadas por nuestros detractores.
Estos últimos años, llenos de ires, venires y múltiples anécdotas, he trabajado de manera comprometida para asumir los retos personales y corporativos derivados de mi labor desde el mundo gremial, a la fecha el balance es satisfactorio, si bien hay muchas tareas pendientes, vamos por buen camino, me siento orgullosa de ser una de las muchas mujeres que en la mañana se despide de sus hijos, para con disciplina y persistencia hacer la diferencia, en un sector tan controversial como el nuestro.»